Prevención de la legionella: síntomas y recomendaciones
La bacteria Legionella pneumophila, se registró por primera vez en 1977 en un centro de convenciones de los Estados Unidos. Ésta había provocado un brote de neumonía (popularmente conocida como “enfermedad del legionario”) grave.
Desde entonces, este microorganismo ha estado causando una serie de brotes que conciernen a las autoridades sanitarias en todo el mundo.
¿Qué es la Legionella?
Realmente, el término Legionella hace referencia a un género de bacilos de la familia Legionellaceae, pero es en concreto la anteriormente mencionada (pneumophila) la causante de fiebre y problemas respiratorios. Éstos viven en aguas estancadas en un amplio abanico de temperaturas, sobre todo por encima de 35º C.
Se debería tener en cuenta, además, que el tratamiento incorrecto de sistemas de agua artificiales puede derivar en un brote de la bacteria.
¿Cómo se propaga la legionella?
Como hemos mencionado en el apartado anterior, los sistemas de agua de los edificios residenciales mal tratados, pueden ser el hábitat idóneo para estos bacilos. Éstos pueden infectar a las personas mediante partículas de agua contaminada en suspensión. En caso de ingesta de agua potable infestada, si por accidente una parte de ésta entra a los pulmones, también puede provocar la infección. En la mayoría de los casos, no se transmite de una persona a otra, pero esto puede suceder en circunstancias poco comunes.
En ocasiones, se han reportado infecciones hasta a 3Km de distancia del foco del brote.
SÍNTOMAS Y RECOMENDACIONES
En caso de infección, la bacteria puede provocar una neumonía grave o la fiebre de Pontiac (menos grave). A continuación, os dejamos una lista de síntomas de cada enfermedad y una serie de recomendaciones en caso de tenerlos.
NEUMONÍA:
- Dolor en el pecho al toser y/o respirar.
- Alteración de la percepción y desorientación (65 años o más)
- Tos con flema
- Fatiga
- Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor
- Temperatura corporal más baja de lo normal (mayores de 65 años y/o sistema inmunitario débil)
- Náuseas, vómitos o diarrea
- Dificultad para respirar
Recomendación: consultar a un médico en caso de sentir; dificultad para respirar correctamente, dolor en el pecho, fiebre persistente de 39ºC o superior, tos persistente o sobre todo tos con pus.
Aconsejamos encarecidamente acudir rápidamente a su centro sanitario a los mayores de 65, niños menores de 2 años con síntomas, personas con el sistema inmunitario debilitado o inhibido.
FIEBRE DE PONTIAC:
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Dolor muscular generalizado
- Tos
- En ocasiones, enrojecimiento ocular.
Recomendación: Ésta es una enfermedad leve, entre 2 y 7 días desde la infección se debería recuperar con normalidad. En caso contrario, si los síntomas empeoran, recomendamos consultar a un médico.
Control y prevención
Dado que no se dispone de una vacuna que pueda impedir la infección, hay una serie de medidas de control y prevención a seguir.
En primer lugar, el mantenimiento de las torres de enfriamiento con agentes biocidas debe ser periódico y sistemático. Se deben instalar separadores de gotas en las mismas torres con el objetivo de reducir la difusión de aerosoles. Mantener una concentración adecuada de agentes biocidas y vaciar y limpiar por completo el sistema semanalmente. Mantener la temperatura del agua caliente por encima de los 50ºC y la fría por debajo de los 20ºC. Estimular el flujo de agua en edificios donde las instalaciones no se utilicen.
Conclusión
La detección, control y prevención de éste microorganismo infeccioso puede ser una tarea algo técnica y complicada, por ello, empresas como CALITEC tratamos de mejorar a diario nuestros procedimientos para ofrecer unos servicios de análisis, asesoría, control y prevención y limpieza y desinfección óptimos.
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